Los embriones están rodeados de una capa denominada zona pelúcida de la cual deben desprenderse para poder implantarse. Esto sucede una vez que el embrión está en la cavidad uterina adelgazando su zona pelúcida lo cual lo va haciendo gradualmente, ayudado por sustancias producidas por el mismo. Hay evidencias de que algunos embriones pueden carecer de la habilidad para adelgazar y desprenderse de la zona pelúcida. Por esta razón se diseñó un procedimiento denominado extrusión asistida en la cual se le efectúa al embrión una pequeña abertura en la zona pelúcida unos minutos antes de transferirlo a fin de facilitarle el desprendimiento y consecuente implantación. Esta técnica suele efectuarse en embriones de mujeres de más de 37 años, en embriones con zona pelúcida engrosada y en pacientes con fallas previas de FIV en las que se transfirieron embriones aparentemente de buena calidad y no se implantaron.